El Club de Ana comenta.



El Club de Ana comentó el 14 de enero la obra Querida Hija, de Marianne Fredriksson.
El libro trata, sobre todo, de la relación madre-hija y la sexualidad, y de cómo los conflictos familiares y el uso y manipulación de las personas son fenómenos y aberraciones que se transmiten de generación en generación, pero al mismo tiempo abre una puerta a la esperanza, transmitiendo el mensaje de que por difíciles que sean las situaciones a las que debemos enfrentarnos en la vida, unos lazos familiares fuertemente anudados ayudan a superarlos con el tiempo. Como metáfora de esto acompañamos la reunión con té y una tarta de limón, mascarpone y nata, en la que la acidez del limón quedaba suavizada por el queso y la crema, como los dolores de la vida quedan dulcificados por el poder de los lazos familiares y el cariño.
La opinión general fue que la escritura era ágil y sencilla, probablemente por influencia de los muchos años de profesión periodística de la autora, relata las relaciones humanas con sencillez y de un modo muy sensible, pero quedaba al final una obra algo floja en la que, eso sí, brillaban con luz propia las cartas de la madre y la descripción de los paisajes.
Algunos lectores hubieran preferido que ahondara más en el tema de los malos tratos, pero una mayoría consideraba que al no ser el tema principal de la obra, profundizar en ellos hubiera sobrado. Otros veían extraño que hubiera varios casos de malos tratos en cada familia, tanto la de Katarina como la de su novio americano, pero estadísticamente esto es así, porque los patrones tienden a repetirse si no se recibe tratamiento adecuado.
Se comentó el temor al compromiso de Katarina y el miedo que tiene a perder su independencia, lo que la lleva de los brazos de un hombre a otro, sin encontrar estabilidad con ninguno y si no sería su subconsciente quien la empuja a “olvidar” tomar precauciones y quedarse embarazada.
Por otra parte este embarazo es el que propicia que madre e hija se confiesen la una a la otra sus secretos más ocultos, descubrir su dolor compartido, su vergüenza y su sentido de culpa, descubriendo así que ambas se necesitan para olvidar el pasado, con todos sus miedos, y construir para ambas un futuro en libertad.
En esta ocasión contamos con la incorporación de un nuevo miembro al Club, Lore, que fue muy bien acogida.
El grupo se citó para el próximo 3 de febrero para comentar un nuevo libro: 14, de Jean Echenoz.

  Isabella Ruciero

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