Las pequeñas infamias de Zenobia...



El pasado martes 13 de marzo de 2012 se reunió el club de lectura Zenobia para comentar la novela de Carmen Posadas “Pequeñas infamias”.
Si bien la novela ha entretenido, no ha pasado de esto y todas coincidieron en que los temas han sido tratados con superficialidad y que esperábamos algo más de esta autora.
-Me gusta Carmen Posadas como articulista-decía una integrante del grupo-, pero me ha defraudado como novelista.

La reunión se inició con dos visitas inesperadas, la del nieto de meses de Ana Mª, una de las mujeres del grupo y la de Jesús Barbero que el pasado viernes presentó en la ciudad su nuevo libro sobre la guerra de la Independencia en Dos Hermanas. Ambas visitas fueron celebradas por el grupo.

Luego pasamos a leer los comentarios que una de las integrantes, que no pudo asistir a la reunión, nos hizo llegar. Entre otras cosas comentaba:

“El libro me gusta y me hace pensar en las casualidades de la vida y como los acontecimientos van marcando los destinos de las personas”.

Uno de los personajes que más convenció fue el de Serafín Tous, el magistrado viudo que sentía debilidad por los jovencitos. Un personaje atormentado por el peso de su secreto.

La lectura del cuaderno viajero por parte de Ana María, nos hizo reflexionar sobre la madurez lectora adquirida por el grupo y la coordinadora comentó el avance que muchas mujeres habían experimentado desde las primeras lecturas en el 2003 hasta la fecha, como dato interesante hay que señalar que este club ya lleva 81 obras leídas y comentadas desde sus inicios, evidentemente es un dato importantísimo a considerar.

De hecho, una novela como la que comentamos ahora fue prácticamente diseccionada en un análisis de detalles que algunas habíamos pasado por alto y que gracias a la fuerza del grupo se pusieron sobre la mesa.

Algunas lectoras también confesaron que la trama novelesca y los numerosos personajes hicieron que no pudieran avanzar con facilidad en la lectura, una de ellas quedó atrapada al igual que Néstor en el interior de la cámara frigorífica no conseguía centrarse en el hilo de la historia, sino en los objetos descritos.
Dos pasajes fueron especialmente compartidos con agrado: La descripciones de sensaciones del matrimonio Teldi cuando quedan atrapados en el ascensor y la descripción de la habitación de Edi, el hermano muerto, como santuario de los padres a un hijo que murió joven.

El final, circular y cerrado en donde la última pieza del puzzle encaja y todos despiden el cadáver del cocinero desde detrás de alguna ventana de la casa, gustó mucho.
El próximo libro a comentar juntas: Plataforma de Michel Houellebecq.

La reunión tendrá lugar el día 17 de abril.

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